...dijo su madre.
Y sí, fue un gran día,
un maravilloso día en el que el milagro de la vida tomó protagonismo en una
noche de frío invierno, como un rayo de sol que se cuela en la habitación
invadiéndola con su luz y calor. Pero este haz de luz no solo ilumina la
estancia, sino que irradia su destello a sus ocupantes, a todo lo que la rodea,
porque eso es ella, luz y calor en nuestra familia.
Bienvenida, tesoro. Me
muero de ganas de tenerte en mis brazos y besar tus preciosos mofletes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario